Básicamente, las principales causas y problemas de pareja son:
– Agotamiento y cansancio. Los problemas del día a día, los hijos, las tensiones en el trabajo, los viajes, las distancias y, en definitiva, la cantidad de horas de vida sin compartir pueden debilitar la relación de pareja. La crisis estalla por motivos de estrés y cansancio que se van acumulando y debilitan la convivencia, convirtiéndose en apatía y desinterés por el otro.
-La existencia de una tercera persona. La infidelidad es uno de los principales motivos de ruptura, aunque no siempre tiene porqué ser este el final.
-Los celos. Este es otro de los principales problemas de pareja. El hecho de sufrir celos suele estar relacionados con problemas de autoestima y con determinados mitos erróneos sobre el funcionamiento de las parejas. Los celos y la desconfianza propician que no se respete la privacidad y la intimidad del otro, debilitando el apoyo, la comunicación y el compromiso.
-Sexo. El sexo es el termómetro de la relación de pareja. Muchas parejas se llevan muy bien, pero después de años de pasión, ven que las relaciones sexuales se reducen o desaparecen.
Otras veces, los problemas sexuales se refieren a los gustos y preferencias en las relaciones íntimas. A fin de cuentas, el sexo sigue siendo un tema tabú incluso entre las parejas y todavía existe cierto miedo a exponer cuáles son nuestros gustos y deseos.
También pueden aparecer determinados trastornos sexuales como la eyaculación precoz, la anorgasmia, el vaginismo o la disfunción eréctil, que necesitan la atención de un profesional.
-Falta de apoyo. La falta de apoyo por parte de la pareja, la falta de comprensión, la rigidez, intolerancia y las discusiones por el reparto de las tareas en casa son también causantes de crisis y malestar en la pareja.
-Incompatibilidad de caracteres. El hecho de tener manías, gustos, aficiones diferentes… son un problema para la convivencia de la pareja.
-Ausencia de un proyecto de vida. Existen importantes conflictos en decisiones vitales como por ejemplo tener hijos, vivir en otro lugar, temas económicos… El hecho de no contar con un plan de vida juntos a largo plazo genera incertidumbre y discusiones.
-Cambio de etapa vital. Después de muchos años de convivencia, llega la jubilación o finalmente los hijos se independizan y dejan el “nido vacío”. Si durante años, cada miembro de la pareja se ha centrado en el trabajo y/o en los hijos, y ahora no tiene ninguna de esas ocupaciones, llega el momento en el que los dos están en casa todo el día y surgen más roces y conflictos.
-Falta de comunicación. Es una de las causas más importantes en la generación de problemas de una pareja. Hay que procurar que las discusiones concluyan en un acercamiento, para comprender mejor a la pareja. Hay que tratar de ser más flexible y evitar la irritación, los malentendidos, las incomprensiones, etc. en definitiva, hay que cuidar al máximo la comunicación.
