Trastorno de la personalidad

Te ayudamos a canalizar los rasgos disfuncionales de tu personalidad

La personalidad es como nuestra apariencia física: no la escogemos voluntariamente y nos caracteriza desde la infancia. Es una mezcla de rasgos hereditarios e influencias ambientales que hace que pensemos, sintamos y nos comportemos de un modo determinado en nuestro día a día.

Lo más saludable es que nuestra personalidad sea flexible y adaptable a las circunstancias con las que nos vamos encontrando a lo largo de la vida. Pero cuando los rasgos de nuestra personalidad obstaculizan dicha flexibilidad, son rígidos y no permite una adaptación a los ámbitos (académicos, socio-familiares o laborales), entonces podemos hablar de que se trata de un trastorno de la personalidad.

El trastorno de la personalidad hace que la persona tenga mayores dificultades a la hora de adaptarse a su vida diaria. Así, cuando surgen imprevistos o situaciones nuevas, a la persona le cuesta más adaptarse.

Es importante diferenciar que cuando decimos que una persona tiene síntomas de ansiedad o síntomas de depresión, hacemos referencia a que la persona presenta un cambio en su modo de ser, de sentir o de comportarse porque esa persona normalmente no es así. Sin embargo, al hablar de trastornos de la personalidad estas dificultades son inherentes a su modo de funcionar, y se hacen patentes en las conductas, sentimientos, experiencias internas y en diversas circunstancias.

Los trastornos de la personalidad se caracterizan por:

  • No son consecuencia de una situación concreta o acontecimiento vital, sino que abarca la mayor parte de la vida de la persona.
  • Son rígidos, inflexibles, lo cual impide que la persona pueda adaptarse de forma “normal” a las circunstancias.
  • Los trastornos de la personalidad complican y dificultan que la persona pueda adquirir nuevas habilidades y comportamientos, sobre todo en el ámbito de relaciones sociales. Lo cual convierte a la persona en frágil y vulnerable a situaciones que requieren adaptación y cambios.
  • Produce malestar y sufrimiento a la propia persona y a quienes le rodean.
  • Las personas que sufren trastornos de la personalidad no suelen ser conscientes de la anomalía de sus procesamientos o conductas disfuncionales, y no ven problemas en su forma de pensar, actuar y comportarse.

Existe una amplia variedad de trastornos y los podemos agrupar en tres grandes categorías:

Grupo A – Los raros, excéntricos, aislados

Se incluyen en este grupo a las personas extrañas, raras o inusuales. Estos trastornos de la personalidad pertenecen en menor o mayor medida al “espectro de la esquizofrenia”; diferenciándose de esta en la gravedad y persistencia de síntomas y en los déficits sociales y relacionales.

  • Paranoide
    Son personas suspicaces y desconfiadas y sienten constantemente una sensación de amenaza y peligro que no tiene justificación. En sus relaciones suelen temen ser humillados y perciben ser víctimas de injusticias. Esta desconfianza, incluso con las personas más próximas, hace que las relaciones sociales resulten muy difíciles.
  • Esquizoide
    Estas personas tienen un desapego en las relaciones sociales y no desean ni disfrutan de la proximidad de los demás, incluyendo las relaciones amorosas o sexuales. Es por eso que estas personas eligen actividades solitarias. Emocionalmente son personas frías, con desapego o afectividad plana.
  • Esquizotípico
    Tienen ideas de referencias, es decir, estas personas sienten que todo, incluso lo más insignificante, gira a su alrededor y que todo tiene como explicación su propia persona. Suelen tener creencias raras, extrañas o pensamientos mágicos que influyen en su comportamiento. Además, suelen ser personas muy suspicaces y desconfiadas con pensamientos paranoicos, con poca emoción y que suelen vestirse de forma inusual.


GRUPO B – Los emocionalmente arrolladores, desbordantes, coloristas

En este grupo de trastornos de la personalidad encontramos a aquellos que se caracterizan por la inestabilidad emocional extrema y las dificultades para controlar los impulsos.

  • Límite o borderline
    Es uno de los trastornos de la personalidad más frecuentes. Se trata de personas que sufren de trastornos afectivos (ansiedad, depresión) incluyendo las tendencias suicidas. Son muy inestables y tienen continuos altibajos. Son personas muy intensas que manifiestan su impulsividad, y pasan rápidamente por diferentes emociones: ira, rabia, miedo, pánico, angustia, depresión. Además, tienen sentimientos de injusticia y rabia por lo sucedido o incluso pena y culpa por el daño ocasionado. Las personas con trastorno límite de la personalidad son diagnosticas en muchas ocasiones porque sufren trastornos de alimentación, crisis de pánico, etc.
  • Antisocial
    Lo más característico del antisocial es el incumplimiento de normas sociales respecto a comportamientos legales. Las personas con este tipo de trastorno de la personalidad engañan y mienten con mucha frecuencia. Son impulsivos, irritables, agresivos e incluso se les ha definido como depredadores sociales que encantan, manipulan y se abren camino sin importar su seguridad ni la de los demás. De hecho, les gusta el riesgo y no sienten remordimientos ni culpa. La persona antisocial se encuentra en ocasiones en puestos de poder o alto estatus y es un férreo defensor de su reputación.
  • Histriónico
    Son personas vanidosas, egocéntricas y superficiales que les gusta ser el centro de atención, aunque sean personas que experimentan vergüenza. Las interacciones con los otros suelen estar sexualizadas. Son personas seductoras a las que les encanta causar una gran impresión en el otro. Por eso cuidan enormemente su aspecto físico como algo esencial en sus vidas.
  • Narcisista
    Se trata de personas que tienen un sentido exagerado de su importancia personal. Están tan preocupados por ellos mismos que carecen de sensibilidad, empatía y compasión por los demás. Su ayuda al otro no es real, sino que pretende obtener sensación de perfección. Son personas arrogantes, envidiosas que desprecian a los demás. Suelen permanecer a la defensiva y culpan a los demás si no queda en buen lugar. Y como a menudo estas personas no logran alcanzar sus expectativas, es frecuente que se depriman.


GRUPO C – Los que les domina la ansiedad, el miedo y la represión emocional

En este grupo de trastornos de la personalidad encontramos aquellos que se caracterizan por una ansiedad o miedo exagerados a perder el control.

  • Obsesivo-compulsivo
    La personalidad obsesivo-compulsiva es aquella preocupada por los detalles, las normas, las listas, el orden y la organización más allá de su aspecto práctico. El obsesivo-compulsivo es perfeccionista con él mismo y con los demás, y acostumbra a dedicar gran parte de su tiempo al trabajo o a las actividades domésticas en detrimento de su vida social o familiar. Pueden ser personas muy escrupulosas e inflexibles en términos de moralidad, ética y valores. En definitiva, tienen fijación por hacer las cosas de “forma correcta”.
  • Evitativo
    Este tipo de trastorno de la personalidad se caracteriza por tratarse de personas tan sensibles a las opiniones de los demás que prefieren evitar la mayor parte de las relaciones. Son personas que temen el juicio negativo y el rechazo, se inhiben y experimentan emociones de ansiedad y vergüenza.
  • Dependiente
    Las personas con dependencia emocional son aquellas que aceptan el parecer de otras personas, aunque su opinión sea distinta o contraria. Esto lo hacen porque se aferran a las relaciones y quieren mantener como sea ese apoyo y cuidado por parte de los demás.

Como hemos comentado, lo más habitual es que las personas con trastornos de la personalidad no suelan ser conscientes de sus conductas disfuncionales, y no ven problemas en su particular forma de pensar, actuar y comportarse.

Si acuden a tratamiento psicológico, suele ser para aliviar síntomas de la ansiedad, de la depresión, o para hacer frente a los problemas causados por el trastorno de personalidad como ocurre con el desempleo, problemas de pareja o de relaciones, etc.

Si crees estar en dichas situaciones o crees que alguien de tu familia lo está, lo más adecuado es pedir ayuda profesional a un psicólogo experto en trastornos de la personalidad habituado a diagnosticar y tratar a personas con estas características.

El tratamiento consiste fundamentalmente en psicoterapia, como es el caso de la terapia cognitivo conductual y terapia EMDR para llegar a cambios más profundos.

En MAI Psicólogos, a través de la terapia, podemos ayudar a que la persona sea consciente de sus rasgos de personalidad, a que reconozca su comportamiento inadecuado y a entender cómo su trastorno es el origen de sus problemas actuales.

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